Pedanías
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Paresotas
Se encuentra a 17 kilómetros de Medina de Pomar. Diversos pueblos de las merindades gozaron a lo largo de su historia de los privilegios que deparaba el fuero del Señorío de Vizcaya. Junto con Momediano, Villalacre y Villaventín, Paresotas formaba parte de los Aforados de Losa, que al igual que sucedía con los Aforados de Cuesta Urria, con Moneo, Bustillo, Villarán y Bascuñuelos, estuvieron regidos durante muchos años por los Fueros de Vizcaya, no incorporándose a la Merindad hasta el S. XVII.
Enclavado en un alcor sobre el humilde arroyo Las Huertas, posee casas blasonadas y una interesante iglesia parroquial de porte tardo-renacentista en cuyo paño de poniente, sobre la ventana del mismo, aparece la inscripción: "Cerera me fecit año de 1608 as", con lo que desvela la fecha de construcción y el nombre del maestro arquitecto.
Se conserva también una fuente y lavadero de tradición popular y un molino comunal que aprovechaba las aguas del arroyo de la Serna y el de las Huertas que manan de la Peña entre Villabasil y Castresana, en dirección a Paresotas. El edificio, construcción de piedra en mampostería rústica, tiene sus dos piedras. Mantiene toda la maquinaria, parte desmontada, los rodetes y el árbol de madera.
Presotas tiene fama por su abundante y variada riqueza micológica en el término y su excelente miel y celebra sus fiestas patronales por San Martín Obispo, el 16 de septiembre.
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Perex de Losa
Se encuentra a 18 km de Medina de Pomar.
Perex fue habitado desde tiempos prehistóricos, como lo demuestran abundantes restos de cerámica de aquella época remota, y también por los romanos (se han hallado monedas del siglo II). Posteriormente perteneció a la Junta de Oteo.
En el núcleo, con abundantes muestras de apellidos vascones, se mantienen buenas casas de mampostería y piedra sillar. Una de ellas rehabilitada funciona hoy como centro cultural.
En el centro del núcleo urbano hay una fuente pública fechada en 1882 y un juego tradicional de bolos. También se conserva un potro restaurado.
Su iglesia parroquial, consagrada a la Purificación y reconstruida con buen gusto, muestra, como cubierta, una gran artesa invertida de madera de gran efecto y calidez. Interesante imagen de la Virgen.
Hasta hace no muchos años existió una tejera. Desde ella, Cándido Bollar se esforzaba por dar a conocer el nombre de Perex gracias a su habilidad como alfarero.
Aún siguen festejándose las Candelas el segundo fin de semana de septiembre.
A unos dos kilómetros al noroeste, al norte del pueblo y entre un extenso pinar hay una de las mejores loberas de la región, una enorme trampa conformada por dos grandes muros de mampostería que convergen en un foso la cual aún se conserva en buen estado. Se trata de la lobera “La Barrerilla”, de casi medio kilómetro de longitud. También existen restos de cabañas de pastores.
En el camino de Perex a Paresotas: se pasa por las inmediaciones del molino de Momediano. También de camino a Paresotas se pasa por la ermita de Ntra. Sra. De Castro, también conocida como Santa Petronila, de estilo románico. El lugar fue elegido por los concejos de los pueblos limítrofes para celebrar determinadas reuniones o juntas.
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Rosío
Situado a 10,5 kilómetros de Medina de Pomar, siguiendo la carretera de La Cerca. Se trata de un asentamiento de gran antigüedad ya que aparece citado en la escritura de fundación del monasterio de San Martín de Losa en el año 853. Aunque geográficamente pertenece al Valle de Losa, formó parte de la Junta de La Cerca. La carretera divide en dos el pequeño núcleo.
Como heraldo ó vigía, la iglesia de la Virgen del Pilar, patrona del lugar, es de estilo gótico aunque posee algunos restos románicos. También se conserva una ermita dedicada a San Esteban y se sabe que existió otra en honor a San Baudelio, quizás situada en el páramo que lleva el mismo nombre y en el que también se sabe que existió una necrópolis de tumbas de lajas que no se ha conservado.
En la cima de la Sierra Pelada existe un pequeño recinto de cuatro paredes que se llama Huerto del Rey y restos de cabañas pastoriles y rediles.
Desde la iglesia se divisa un extenso panorama de campos de cereal y suaves lomas que todas las temporadas escogen como hábitat idóneo las pequeñas, sabrosas y perseguidas codornices.
Las fiestas se celebran el 12 de octubre, Ntra. Sra. del Pilar.
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Salinas de Rosío
Dista de Medina de Pomar a 8,5 kilómetros por la carretera de La Cerca.
Toma el nombre el lugar por las salinas. La existencia de un diapiro de sal en el cauce del Salón se pone de manifiesto desde tiempo de los romanos ya que existió en el lugar una explotación de sal muy importante que, además, impregnó de salinidad al río por lo que éste tomo el nombre de Salón o Salado. Casi un centenar de antiguas eras se extienden a los pies del caserío para el secado de la sal y su posterior obtención. Aún se puede ver restos de las canalizaciones por las que discurría la muera desde la noria de extracción.
Apenas a un kilómetro del pueblo, al otro lado de las eras de sal, junto al río Salón esta el conocido yacimiento romano de Las Molleras, restos de la villa romana con un mosaico toscamente protegido tras abandonar los trabajos arqueológicos efectuados cuando se localizaron. Es un mosaico de unos 200 m2, hecho con teselas grandes blancas y negras formando un laberinto, rodeado por un ajedrezado y un friso de cruces entrelazadas. El conjunto tenía al menos 14 columnas y ha sido datado en la segunda mitad del s. II d.C.
La iglesia parroquial, levantada a principios del S. XVI, se derribó por causa de su peligroso estado de ruina en 1995. Tenía una torre campanario de aspecto defensivo y el altar mayor de principios del S. XVI, con pinturas de influencia flamenca. El obispado, apremiado y apoyado al mismo tiempo por el voluntarioso vecindario, ha levantado otro templo aprovechando las piedras del anterior, que ha conservado el aire de aquél. Preside la cabecera un magnifico Cristo gótico, que es el mismo que remataba el retablo del altar mayor. Este retablo y el citado cristo fueron retirados por el Obispado y rescatados, mediante acuerdo económico con el mismo, por la parroquia madre de Medina para su limpieza y restauración con el fin de recuperarlos para el culto. El 25 de julio de 1998 se inauguró el nuevo templo parroquial. Su fiesta patronal es Santa Ana en julio.
Un par de casas armeras y los restos de un hospital mandado construir por Sancho Pérez, cuyo sepulcro se halla en el interior de la iglesia, son hitos complementarios para visita pausada a Salinas.
En el pueblo hay interesantes muestras de arquitectura popular con casas construidas con maderos verticales, rellenos entre unos y otros con adobes.
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Santurde
Dista de 5 kilómetros de Medina de Pomar y está asentado en ambas riberas del río Trueba, en la zona limítrofe con la Junta de Traslaloma, la Merindad de Montija y la Merindad de Castilla la Vieja.
El pueblo está dividido en dos barrios por el río Trueba. Dos puentes salvan el cauce y comunican ambas orillas. En el barrio de la ribera izquierda se halla la bolera municipal y la pequeña iglesia parroquial de San Vicente, con pórtico neoclásico de finales del S. XIX y espadaña añadida a comienzos del S. XVIII. Su fábrica principal se dataría hacia finales del S. XV, junto a la cual se puede admirar una frondosa y más que centenaria morera a la que almas caritativas han prestado una especie de muleta para sostener sus ramas.
Dos necrópolis medievales se han descubierto en el término; una muy cerca del núcleo a la orilla derecha, con estelas funerarias de interés, y la otra en los montes que protegen Santurde por el este.
La huella más antigua de poblamiento que en la actualidad se tiene constancia se refiere a una necrópolis o cementerio situado en el lugar denominado "El Santuario". Situado en un pequeño altozano en la margen izquierda del Trueba, encima del "Barrio del Pradillo" y el arroyo de "Las Fuentes". Se trataba de tumbas de lajas y su origen parece ser medieval. Una "estela funeraria" de esta necrópolis esta expuesta en el Museo de Las Merindades en Medina de Pomar. Un detalle a reseñar es que las lajas o losetas utilizadas en estas tumbas son el resultado de fosilizaciones de sedimentación de restos marinos y llaman la atención por la cantidad de huellas de pequeños caracoles que contienen.
Existe, otra necrópolis, ya más tardía en el tiempo en el lugar de "Hontanares", en las faldas del monte hacia el pueblo de La Riba , donde hay enterramientos, esta vez no son de lajas, pero si hay "estela funeraria" donde claramente esta grabada "la Cruz". La tradición oral de los ancestros hacía referencia al lugar con la existencia de la ermita de "Villarmil".
Se conserva también una casona renacentista y un par de casas neoclásicas del S. XIX. En el Barrio de El Monte hay buenas muestras de arquitectura popular con casas con entramados de madera.
Las fiestas en honor de su patrón, San Roque, se celebran el primer fin de semana de Agosto.
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Torres de Medina
Se encuentra situado a 3 kilómetros de Medina de Pomar por la carretera de La Cerca.
Su nombre incita a pensar que podría tratarse de un punto fuerte en los años de la repoblación. La primera vez que se documenta esta población es en el año 1007; el conde Fernando Ermenegíldez y su hermano Muño, agregan al monasterio de San Millán de la Cogolla el de los Santos Emeterio y Celedonio de Taranco con todos sus bienes, entre los que se cuentan “in Torres, tertia parte”. No volvemos a tener noticias de Torres hasta el S. XIV, en el Libro Becerro de las Behetrías, donde se dice que "este logar es solariego de muchos sennores", pertenecía entonces a la merindad de Castilla Vieja. Después estaría incluido dentro de la Junta de La Cerca.
El núcleo urbano se encuentra a la izquierda de la carretera y a su derecha sólo hay un par de casas y a unos 300 metros encontramos la ermita de Nuestra Señora de Torres, que conserva de la época románica el ábside y el tramo recto del muro y la imagen titular del S. XIV.
Son de interés algunas casas armeras, como la de los Hierro o la de los Álvarez, cuyo romántico blasón de jarra de plata con tres azucenas en campo de gules, se muestra en las fachadas de su casona. En el centro del pueblo hay una casa que los vecinos llaman “La Torre” formada por un cuadrado de 10 m de lado, con varias saeteras, un ajimez y una ventana de arco apuntado.
Su iglesia parroquial de San Andrés, aunque de apariencia sencilla, guarda en su interior un verdadero tesoro artístico: el retablo de su altar mayor. Se trata de uno de los mejores retablos góticos salidos de la escuela Castellana del primer tercio del S. XV que se conservan en la provincia. Está compuesto por tres órdenes de tablas, las del primero de forma casi cuadrada y las de los dos superiores más rectangulares. Todas están orladas por arcos conopiales que se rematan con doseletes calados de ojivas góticas, las cuales cobijan tablas con imágenes de santos en los cuerpos superiores y en el inferior, escenas de la Pasión de Jesús. En el centro del retablo, una imagen de San Andrés, barroca del S. XVIII lo preside. Los dos cuerpos superiores están protegidos por un guardapolvo con los blasones de los Fernández de Velasco.
Una cruz procesional de gajos del S. XVI, un Cristo en la Cruz de principios de dicho siglo, recubierto de piel de becerro y que llena un retablo rococó de madera cruda, entre otros objetos, completan y justifican una detenida visita.
En el llamado lugar de San Pedro se alzaba la ermita dedicada a este santo que hoy esta desaparecida. Sobre el río Salón, se levanta un puente peatonal y una presa de 1871 de la que toma agua el canal que riega las huertas de Villacomparada y que movía varias piedras de moler. Efectivamente, en Torres se conserva el molino comunal, en buen estado, con dos piedras que molían todo el año.
Sus fiestas se celebran el primer fin de semana de septiembre, la Natividad de Nuestra Señora.
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Villamezán
Se encuentra situado a 1,5 kilómetros de Medina de Pomar, por la carretera de Bilbao, cerca de las instalaciones del helipuerto.
Está bañado por el río Trueba, donde se pueden contemplar frondosas choperas y parajes de impresionante belleza.
Destacan en este pueblo, la casona blasonada de los Hontañón del S. XVII, que da carácter señorial a la población, un edificio de dos plantas y ático o desván. En el paño norte, en cuya parte baja se ve el marco de un antiguo acceso, aún se conserva un escudo de armas labrado sobre piedra caliza.
La pequeña iglesia parroquial de San Martín (cuya fiesta se celebra en noviembre) es un humilde edificio de mampostería, de reducidas dimensiones adosada a un caserón. Se divide en dos tramos. La espadaña es de un solo cuerpo en el que se abren dos vanos de medio punto, en los que se alojan dos pequeñas campanas con yugo de madera. El acceso es de arco de medio punto formado por dovelas sobre imposta nacelada. La iglesia es obra de la primera mitad del S. XVI, excepto la espadaña que es del XVII.
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Villamor
Separado de Medina a 10 kilómetros, está bañado por el río Quintano, que cede sus aguas al Salón en La Cerca.
Aparece mencionado por primera vez en la escritura de fundación del monasterio de San Martín de Losa, del 4 de julio de 853, con el nombre de Villamate o Villanote y pertenecía a la Junta de La Cerca aunque, geográficamente, pertenece al Valle de Losa.
La parroquia de Villamor está dedicada a San Martín (cuya fiesta se celebra el 11 de noviembre). Tiene una torre espadaña con dos campanas, conservando un retablo barroco con la imagen de San Blas gótico, una Virgen con el niño, un cáliz torneado del S. XVII y una cruz recortada de metal.
Por un camino sin asfaltar se llega a la ermita de Santa Isabel de Portugal, su patrona, cuyo edificio destaca a escasos dos kilómetros sobre una colina, que ofrece magnificas panorámicas contemplándose varios pueblos pertenecientes, unos a Junta de Traslaloma y otros a la Junta de la Cerca. La romería en honor a Santa Isabel se celebra el primer fin de semana de julio.
Se puede ver también su molino harinero que capta las aguas del río Quintano mediante una presa conservando dos de sus tres piedras, además de una limpia.
En las colinas cercanas, en las que abunda el brezo, se recogen setas de ese nombre y pie azul, así como bastantes coprinus por los caminos que las atraviesan.
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Villatomil
Se encuentra situado a 5 kilómetros de Medina de Pomar.
Villatomil, resuena en la historia por la encarnizada batalla que en su termino se dio entre Fernando Sánchez de Velasco, hijo fundador del monasterio de Santa Clara, ayudado por su aliado Fernán Pérez de Ayala, y los Salazar, saliendo los Velasco vencidos de la contienda y salvándose Fernando Sánchez de Velasco gracias a la velocidad de su caballo, que le llevó a salvo a las puertas de Medina.
Situado en la falda de un altozano a orillas del río Salón, que riega las huertas del pueblo, su producción de hortalizas han alcanzado justa fama por su calidad.
El caserío de Villatomil se arracima a los pies de su iglesia parroquial que preside desde lo alto del núcleo, a media ladera. En su interior se venera la imagen de San Esteban y, en la sacristía, aún conserva un pequeño pero muy artístico retablo manierista. Se trata de una construcción levantada a mediados del S. XVI a base de mampuesto y sillar con un cuerpo más bajo añadido que sirve para acoger la sacristía y el pórtico. En la esquina oeste se levanta la espadaña, con dos vanos para campanas y el husillo que permite el acceso a ellas.
En la ribera izquierda del Salón, nace un canal que alimentaba el funcionamiento de dos molinos. El más cercano a este nacimiento fue el más humilde de los dos, pues tan sólo tenía una piedra y su pequeño edificio esta arruinado. El otro molino, de más entidad, aún mantiene en pie el edificio. Fue construido en 1863 y aprovechaba para funcionar las aguas sobrantes del anterior.
En el Monte Calero, entre La Riba y Villatomil, se observan restos de carboneras, manchas circulares de varios metros de diámetro de tierra negra sin vegetación.
Sus fiestas, dedicadas a San Esteban, se celebran el 24 de agosto.