Salinas de Rosío
Dista de Medina de Pomar a 8,5 kilómetros por la carretera de La Cerca.
Toma el nombre el lugar por las salinas. La existencia de un diapiro de sal en el cauce del Salón se pone de manifiesto desde tiempo de los romanos ya que existió en el lugar una explotación de sal muy importante que, además, impregnó de salinidad al río por lo que éste tomo el nombre de Salón o Salado. Casi un centenar de antiguas eras se extienden a los pies del caserío para el secado de la sal y su posterior obtención. Aún se puede ver restos de las canalizaciones por las que discurría la muera desde la noria de extracción.
Apenas a un kilómetro del pueblo, al otro lado de las eras de sal, junto al río Salón esta el conocido yacimiento romano de Las Molleras, restos de la villa romana con un mosaico toscamente protegido tras abandonar los trabajos arqueológicos efectuados cuando se localizaron. Es un mosaico de unos 200 m2, hecho con teselas grandes blancas y negras formando un laberinto, rodeado por un ajedrezado y un friso de cruces entrelazadas. El conjunto tenía al menos 14 columnas y ha sido datado en la segunda mitad del s. II d.C.
La iglesia parroquial, levantada a principios del S. XVI, se derribó por causa de su peligroso estado de ruina en 1995. Tenía una torre campanario de aspecto defensivo y el altar mayor de principios del S. XVI, con pinturas de influencia flamenca. El obispado, apremiado y apoyado al mismo tiempo por el voluntarioso vecindario, ha levantado otro templo aprovechando las piedras del anterior, que ha conservado el aire de aquél. Preside la cabecera un magnifico Cristo gótico, que es el mismo que remataba el retablo del altar mayor. Este retablo y el citado cristo fueron retirados por el Obispado y rescatados, mediante acuerdo económico con el mismo, por la parroquia madre de Medina para su limpieza y restauración con el fin de recuperarlos para el culto. El 25 de julio de 1998 se inauguró el nuevo templo parroquial. Su fiesta patronal es Santa Ana en julio.
Un par de casas armeras y los restos de un hospital mandado construir por Sancho Pérez, cuyo sepulcro se halla en el interior de la iglesia, son hitos complementarios para visita pausada a Salinas.
En el pueblo hay interesantes muestras de arquitectura popular con casas construidas con maderos verticales, rellenos entre unos y otros con adobes.